viernes, 7 de marzo de 2014

Mon Oncle


Mon Oncle es una comedia francesa en forma de crítica dirigida por Jaques Tati la cual nos muestra las diferencias entres dos mundos, dos clases sociales muy diferentes donde los personajes mediante sus exageradas acciones dejan ver la influencia que ejerce en ellos el espacio que les rodea. Con poco dialogo y con una pegadiza banda sonora la película transcurre a penas sin historia dejándose llevar por las situaciones del momento. 

Todo gira entorno a un niño,Gerard, que vive con sus padres en la zona moderna de una ciudad de los años 50 donde las ultimas tecnologías están a la orden del día, nada que ver con la humilde vivienda donde reside su tío Hulot (director del film), con quien comparte una estrecha relación. Sin preocuparle mucho esta diferencia Hulot pasa mucho tiempo con su sobrino al que lleva de vuelta a su moderna casa cada tarde después del colegio. Villa Arpel es una casa apartada de los vecinos de última tecnología donde los muebles dejan a un lado la comodidad para ser esculturas y su jardín, demasiado perfecto para las travesuras de un niño. Por eso Gerard se divierte tanto en el barrio de su tío, allí no importa si se ensucia jugando con sus amigos correteando, un lugar en constante movimiento de vecinos y mercaderes que hace que sea un lugar tradicional y distraído. En los personajes de clase alta podemos ver la importancia que le dan a lo material, dejando ver delante de todos una fachada que en si no les ayuda en sus amistades. La madre del niño, una maniática de la limpieza enciende la fuente del patio cada vez que recibe visita, aunque solo toque el timbre. En sus diversos actos de aparentar podemos ver que son personas distantes y aburridas que no tienen otra cosa que hacer. No como el parte antigua donde la gente no puede escapar del dialogo y sencillez de los vecinos. 

En mi opinión hoy día, quizá no tan exagerado, pero podemos ver estas situaciones. El espacio y los vienes materiales que nos rodean pueden llegar a moldearnos. No nos extrañamos cuando la gente aparenta de sus vienes creyendo que estos les dan un cierto posicionamiento especial ante las demás personas. En cuanto a los muebles, en las escenas son representados como costosos objetos de diseño y puede que ese concepto haya cambiado en gran parte para poder darles un uso más funcional e integrarlos en la vida cotidiana. Con esta crítica podemos ver la opinión del director y como favorece a la despreocupada y divertida vida que caracteriza a Hulot. Sin duda lo que parece más moderno más eficaz puede alejarnos de lo tradicional y eso no siempre es lo mejor.

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